viernes, 11 de enero de 2008

Lentejas.

Pues ya estoy de vuelta en Cholula, luego de estar tres semanas en mi Tijuana querida. Estuve trabajando en mi tesis, en mi documental sobre Tijuana y ahora sólo me queda editarlo y listo!

Y ayer estaba en mi cuarto en Cholula y me acordé de la historia de las lentejas. No sé cuantos años tenía, pero iba en el Kinder. Y ahí tenían todo tipo de cosas para que jugaramos, y también tenían fideitos, frijoles, arroz, lentejas y cosas así para luego usar resistol y hacer figuras con ellas.

Pues un día, no se porqué, tomé una lenteja y me la metí en el oído, y luego cuando me la quise quitar, ya no podía! Y ahí se quedó la lenteja. Obviamente esto me empezó a causar problemas, pero me daba pena decir que me metí una lenteja. Y yo me quejaba con mi mamá del oído, hasta que un día me llevo al doctor.

El doctor me revisó el oído, y recuerdo muy bien lo que dijo: "Señora, su hijo tiene algo en su oído, parece uan lenteja" jajaja.

Me acuerdo y me muero de risa, pero bueno, me recetó unas gotas y unas cosas más y después de unos días la lenteja salió de mi oreja, jaja.

Y ya, esa es la historia de la lenteja. Alratillo!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bueno lo de la lenteja!!Son de esas cosas curiosas que luego recuerdas y te partes de risa... A mi nunca me paso nada asi!!!Eras más traviesillo que yo, chavalote...Besitos-besitos

Bit dijo...

Oh lo que haces como niño nada más para ver como es.

De niña mi mamá me advirtió que no tocara los cuchillos porque son afilados. Claro tuve que checar si era cierto y me corté el dedo. No quise decir nada a mi mamá pero estoy segura que se dió cuenta jajajaj.