martes, 29 de junio de 2010

El Señor de las Palabras


Ahí les va una de Tolkien.

J.R.R. Tolkien es quien escribió The Hobbit, y The Lord of the Rings. Todo mundo sabe esto. Cuando yo estaba en la secundaria leí la biografía de Tolkien. Y el día de hoy me doy cuenta de la influencia que tuvo en mi, haber leído esa biografía a los 14 años.

Todos conocen los logros de él, pero pocos conocen lo que para
mi fue uno de sus mayores logros.

Él era huérfano. Entonces vivió en un orfanato católico y había un cura que lo cuidaba mucho. Cuando Tolkien tenía 18 años, se enamoró de una chava protestante que era tres años mayor que él. Esto obviamente desató la ira del cura y prohibió la relación.

Como Tolkien se sentía endeudado con el sacerdote, decidió respetar sus deseos. Y prometió no tener ningún tipo de contacto con la chica (incluyendo correspondencia) hasta que cumpliera 21 años. O sea, 3 años de silencio.

Un día antes de que Tolkien cumpliera los 21, tomó una hoja, un bolígrafo, y a la luz de una vela espero a que el reloj marcara la media noche, para que ya pudiera escribirle a la chava de la que seguía enamorado.

Luego de las campanadas del nuevo día Tolkien comenzó a escribir y al día siguiente envió su carta.

Unas semanas después llegó resuesta de la chica. Esta le dijo a Tolkien que lo sentía mucho, pero que había pensado que él se había olvidado de ella. Que ahora ella estaba enamorada de otro hombre y que ya se iban a casar al mes siguiente.

Esto obviamente destrozó el corazón de Tolkien. Pero no su voluntad. Tolkien le pidió que se vieran por última vez para tomar una taza de te y despedirse. Ella accedió.

Se vieron, y para cuando la taza de te se había terminado, Tolkien había convencido a Edith de que devolviera el anillo a su prometido y que se casara con él.

Vivieron 55 años juntos hasta que la muerte los separó.

El poder de la palabra...el poder de la comunicación. Claro, no se podía esperar menos de quien escribió semejantes obras...
Si esta no es una buena historia de amor, yo no sé que es.
Bueno, sí sé...

3 comentarios:

Uli dijo...

Lo que nadie sabe es que Tolkien al intentar convencerla.. habló tanto como escribe en sus libros que la taza de té se evaporó.. no solo el liquido.. sino la taza se erosionó.. y ella aceptó casarse con el porque habian pasado tantos años desde que habia empezado a hablar que su prometido habia muerto...

El Andariego dijo...

Y ahora q fumaste wey...Saludos!

DeCalamaro dijo...

Mis respetos para Tolkien, que labor de convencimiento, esos si son hombres y no pedazos jejej
Fíjate que mientras leía me imaginaba la escena..!
Buen post..y pienso igual si eso no es una historia de amor, yo tampoco se cuál es..aunque si sé jajaja!

Saludos Andariego