También fue Hugo, quien apenas se convirtió en mi roomie, y por medio de el conocí a Edson y Watta, que debo decir son unos tipazos y en el poco tiempo que los traté me brindaron su confianza y amistad y fue como si lleváramos mucho tiempo de compas.
La noche la empezamos en mi casa y después nos fuimos al Unit. Debo darle las gracias a Angie por la fiesta, porque la verdad esa noche me la pasé genial genial, como aquellos días dorados de la carrera donde ir de antro a Cholula era lo mejor.
Al día siguiente no hice más que empacar. En la noche Angie vino a la casa para despedirme de ella y le canté una rolita que le escribí...canción que no pude terminar de cantar...Después decidimos que el sábado me llevaría a la estación. Y como puse en la entrada anterior, esa despedida fue algo muy difícil.
Y es que es difícil dejar atrás tantas cosas que singifican y son sinónimo de Angie, pero era una decisión que habíamos tomado los dos y sabíamos y sabemos que es lo mejor para ambos. Y a veces lo mejor cuesta, y mucho.
Pero bueno, les quería compratir unas cuantas imágenes y es por eso que decidí hacer esta entrada.
Alratillo!
En ese camión amarillo comenzó mi nueva aventura
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